Betis Baloncesto – Casademont Zaragoza: Otro tiro que se pega en el pie (67-83)

Villaverde FM
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Una sola victoria en ocho jornadas condena al Betis Baloncesto a su condición de inquilino de la zona baja. Después del parón de la ventana FIBA, tras aquella puerta abierta para la esperanza que dejó su seria competitividad en el Buesa Arena ante un conjunto de Euroliga, el equipo verdiblanco volvió a las andadas en San Pablo y perdió de nuevo, como hace un mes ante el Básquet Girona, frente a un rival directo. Con varios jugadores fuera de foco, el juego interior bajo mínimos (Kurucs apenas jugó y Gerun no lo hizo) y Evans participando pero no a su mejor nivel ya que está saliendo de una lesión, el conjunto bético mostró otra vez esa intermitencia tan acusada en su rendimiento que no le permite ganar partidos.

Y en los días malos, como el de hoy, ni siquiera competirlos. Ganando por dos al final del tercer cuarto, se desconectó completamente en el último, encajando un parcial de 5-23 tras una serie en el tiro espantosa: 2/12. Cinco jugadores se quedaron sin anotar en el Betis, con evidentes carencias en los tableros y frágil mentalmente. Anotó más triples (catorce) que canastas de dos (diez) y acabó en la lona, tumbado por un rival que le aplicó su misma medicina: catorce dianas exteriores acertó el Casademont Zaragoza, rival directo por una permanencia para la que, visto lo visto, debe concienciarse todavía más el Betis si es que no lo estaba ya. A este nivel, le costará mucho alcanzarla.

Todo se torció a partir del descanso. Hasta entonces, el equipo se había mantenido a flote. Frío en el primer cuarto y mucho más proactivo en el segundo, el equipo verdiblanco rondó la decena de ventaja antes del receso, cuando alcanzó una máxima renta de ocho puntos tras dos tiros libres de Evans (39-31) antes de que Langarita, con mucho suspense, atinara de tres para reducir lo que apuntaba a hemorragia visitante (39-34). Bertans, con su segundo triple de siete intentos, amplió de nuevo la distancia de seguridad a favor de la tropa de Luis Casimiro (42-34) y fue Hlinason, haciendo lo que sabe hacer, quien la recortó otra vez, fijando el 42-36 del intermedio.

A esas alturas, en el ecuador, el Betis Baloncesto había materializado más canastas de tres (nueve, 42 por ciento) que de dos (seis, 50 por ciento), lo cual no sorprendía considerando la tipología de jugador de su plantilla y el baloncesto que realiza. Asimétrico. Sería la tendencia de su actuación. Su pívot más productivo es el griego Tsalmpouris, que mide 2,16 y juega en realidad de cuatro para aprovechar su buena mano. Metió los tres triples que intentó, todos ellos en el primer segmento, cuando las defensas dejaron hacer, Ponitka se erigió en la principal amenaza del Casademont Zaragoza y los aragoneses, de los peores equipos de la Liga Endesa en el lanzamiento exterior, sorprendían con un 71 por ciento de efectividad tras acertar cinco de sus siete intentos perimetrales. Algo mal estaría haciendo la defensa verdiblanca, demasiado permisiva.

No salió de inicio Evans, sino a los seis minutos con Kurucs, mientras que en el juego interior no paró Casimiro de mezclar parejas. Probó prácticamente todas las combinaciones posibles y rayaron a buen nivel Báez, máximo anotador del primer tiempo con diez puntos; Tsalmpouris, con nueve tantos y seis capturas; y Sylla, haciendo notar su capacidad atlética y defensiva. De Gerun, de quien no se había notificado en la previa molestias físicas, no hubo noticias y se quedó sin jugar. No apareció en la rotación. Casimiro aclaró en rueda de prensa tras el partido que se lastimó en el calentamiento y que la primera exploración apunta a un problema de menisco.

Tras el 22-25 del primer cuarto, el Betis se reivindicó en el segundo y se conectó en ataque y en defensa, enlazando los mejores minutos del partido, plasmados en un parcial de 10-1 tras triple de Hill (37-31). Un 15-6 en el acumulado del periodo que daba alas al equipo, aunque no pudo alcanzar esa decena de ventaja que, amén del cuantitativo, tiene valor psicológico. El de la presión que le metes al rival. Al intermedio, el Casademont Zaragoza estaba vivo y de la estadística verdiblanca llamaban la atención varios datos: los diez puntos de Báez, el 3/12 conjunto en triples de Bertans y Hill, el 50 por ciento en triples de los maños y los nueve tiros más de tres que de dos del equipo verdiblanco. En la zona no hallaba el modo de hincarle el diente a su adversario y esto lo acabaría pagando.

Mal comienzo
El tercer parcial lo empezó el Betis Baloncesto con el pie torcido, como desenchufado, sin intensidad. Un 2-13 de salida (44-49), con dos triples de Jessup y uno de Saint-Ross, esfumó la ventaja verdiblanca y echó abajó todo el buen trabajo que había realizado en el segundo cuarto. Una desconexión que no se entendió. Débil en su canasta y sin acierto en la rival, el equipo se desintegró en un pésimo arranque que obligó al doble cambio perimetral de Casimiro (a pista Hill y Cvetkovic) y al tiempo muerto. Eran perentorias las rectificaciones porque sus jugadores habían perdido el hilo y no sabían cómo meter el cuchillo a la defensa zaragozana. Desde el triple, cómo no, se desperezó el Betis, a través de BJ Johnson y un doblete de Hill, que de inmediato cometió la cuarta falta y fue relevado por Evans. Una bandeja del base de Virginia puso el 55-53 y elevó al 11-4 el parcial del equipo bético, al que las instrucciones del técnico manchego le sentaron la mar de bien. A falta de puntos interiores, el Betis respiraba por el triple, principal y casi única fuente de alimentación. BJ Johnson y Tsalmpouris atinaron de nuevo para el 62-58, 62-60 al final del acto.

Jessup (20 puntos) volvía a la carga desde el triple y ponía a su equipo arriba cuando despegaba el último periodo (62-65). Yusta ampliaba (63-68) mientras el Betis se enredaba en ataque, con Evans asumiendo tanto balón como siempre pero sin el feeling que es habitual en él, ni en las lecturas ni en la definición. Muy lejos de esas prestaciones que lo convierten en un jugador decisivo. Y eso que acabó con doce puntos. Se empeñó en rasgar la defensa del Casademont por el centro y más de una vez se estrelló sin que sacara beneficio alguno para su equipo.

Producir en el tablero le costaba la vida al conjunto verdiblanco, pero también a su rival, que llevaba más triples (trece) que lanzamientos de dos (once). Se quedó un rato enganchado el Betis en los 63 puntos y los aragoneses acumularon la máxima renta (65-74) tras triple de Yusta. El Casademont, desde el perímetro, veía el aro como una piscina y a falta de cinco minutos se le presentaba al Betis un panorama de lo más tenebroso. Casi devastador. El parcial del cuarto era revelador: 3-16. Sólo una canasta en juego, de Evans, y una absoluta sequía ofensiva que volatilizaba sus opciones.

Casimiro hizo cambios, relevando a Evans y metiendo a Hill, también a BJ Johnson, pero con el ataque obturado, seco, el equipo se fue descomponiendo paulatinamente, derribado por la mayor convicción de su rival. Si no metes puntos, no hay defensa que resista, ya se sabe, por los vasos comunicantes. Y la retaguardia verdiblanca no es precisamente de hormigón. Otra vez Yusta, esta vez con una penetración, dejó al Betis al borde del precipicio faltando cuatro minutos (65-76). El tiempo muerto de Casimiro no sirvió para que sus jugadores reaccionaran. Con un 3-19 de parcial desde el comienzo del último cuarto, el Betis caminaba sin remedio hacia su séptima derrota de la campaña, la quinta de manera consecutiva. Cayendo por trece, dos rebotes seguidos en ataque del conjunto rojillo evidenciaban que el Betis ya no creía. Y sin creer, al contrario de cómo se comportó en el Buesa Arena, es completamente imposible acercarse a la victoria, de la que el equipo verdiblanco sigue demasiado lejos. Ante un rival directo no dio la talla y se queda anclado a la zona baja.

Ficha técnica:

Real Betis Baloncesto (22+20+20+5): Hill (9), Bertans (6), B. J. Johnson (9), Báez (5), Sylla (12) -quinteto inicial-; Kurucs (-), Cvetkovic (-), Tsalmpouris (14), Almazán (-), Evans (12), Pozas (-), Gerun (-).

Casademont Zaragoza (25+11+24+23): Ponitka (14), Jessup (20), Radoncic (6), Saint-Roos (4), Mekowulu (8) -quinteto inicial-; Yusta (18), Langarita (3), Aday Mara (2), Nguirane (-), Simanic (2), Hlinason (3), Javi García (3).

Árbitros: Serrano, Martín Caballero, Báez. Eliminados Ponitka y Bertans, por cinco personales. Octava jornada de la Liga Endesa. Palacio de los Deportes San Pablo, ante 6.827 espectadores.

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